El programa de desconfinamiento de Portugal, establecido en tres fases, ha finalizado, pero el estado de calamidad (que está en ejecución hasta finales de este mes) no ha frenado el aumento del número de contagios en el Área Metropolitana de Lisboa, que va a tener que caminar a un paso diferente del resto del país. En la tercera fase, que tiene como principal objetivo abrir la economía (que está con una deuda pública de 260.000 millones de euros), el «deber cívico de confinamiento» continúa, pero las personas podrán acceder a espacios de mayores dimensiones.
Después de las peluquerías y los locales de restauración (que podrán utilizar su capacidad máxima si tienen mamparas divisorias en las mesas); los centros comerciales; las salas de espectáculos; los cines; los gimnasios; las piscinas; las Oficinas del Ciudadano (Lojas de Cidadão), y los centros de educación preescolar podrán volver a ser frecuentados. En cuanto al deporte de alto nivel, el campeonato de fútbol vuelve este miércoles. El teletrabajo también deja de ser obligatorio, y sólo puede seguir siendo realizado por pacientes crónicos que presenten un certificado médico o por los padres de niños que tengan que permanecer en casa. A los que regresen a sus lugares de trabajo, se les pide que opten por turnos o horarios, para que no haya encuentros en los momentos de entrada y salida. Las playas comenzarán a tener semáforos a partir del día 6.
Las celebraciones religiosas también están permitidas, pero con las habituales reglas de distanciamiento social (los momentos de culto religioso no podrán tener más de 20 fieles). Para hacer ismbólica esta vuelta, Marcelo Rebelo de Sousa ha estado presente en la Sé de Lisboa (Catedral de Lisboa) y en la Mezquita central de la capital, para agradecer el trabajo social que los diferentes grupos religiosos han hecho (y siguen haciendo) en los más de dos meses de confinamiento. Marcelo también ha pedido que los jóvenes tengan más contención en sus salidas.
La Gran Lisboa va a caminar a otra velocidad
El foco de atención está en Lisboa, ya que allí es donde se encuentra cerca del 94% de los nuevos casos de infección por Covid-19. Esto ha hecho que esta nueva fase se lleve a cabo con normas especiales; especialmente, en las aglomeraciones de personas, que no pueden superar el máximo de diez. Las Oficinas del Ciudadano en la región no van a abrirse, y los focos existentes en el Área Metropolitana, donde destaca Azambuja y los almacenes de los grandes distribuidores, así como los barrios sociales de Seixal, aunque preocupan, no tienen riesgo de que se levante un cerco, tal y como ocurrió en Ovar y en las Azores.