Olga Afonso, miembro fundador del Frente Cívico Vilar Formoso-Fuentes de Oñoro, ha enviado una carta a António Costa para realizar un apelo al primer ministro, solicitando relajar el cierre de fronteras para los residentes rayanos. Esta petición también ha sido enviada al presidente de la República y a los ministros de Administración Interna y de Exteriores.
El Frente Cívico Vilar Formoso-Fuentes de Oñoro se define como «un movimiento cívico de ciudadanos con el objetivo de mejorar la vida en las tierras rayanas, muy debilitadas a todos los niveles». Y consideran a la Raya como «comunidades híbridas que desde hace mucho tiempo son totalmente interdependientes, por lo que, para continuar existiendo, no pueden permanecer separadas».
En su carta a António Costa, el Frente Cívico Vilar Formoso-Fuentes de Oñoro pide «clemencia para nuestra comunidad, que ya dio tanto a nuestro país, y, nos permita continuar sobreviviendo». Y le proponen «la revisión de los términos del cierre de frontera en el sentido de que nuestras comunidades se puedan ayudar mutualmente», permitiendo que «los residentes puedan seguir circulando en los dos lados de la frontera», respetando los confinamientos nacionales, pero sin agravar la salud económica y mental de la zona.
El grupo de Facebook del Frente Cívico Vilar Formoso-Fuentes de Oñoro tiene 717 miembros.
Un mazazo económico y psicológico
Montserrat Valentín, la dueña de la tienda, ubicada en suelo español, justo en el paso fronterizo de Fuentes de Oñoro a Vilar Formoso, ha asegurado a EFE que «el 70 % de los clientes son portugueses», así que «es imposible mantener un negocio con la frontera cerrada». Prueba de los fuertes lazos comerciales que existen entre los vecinos de La Raya es que «en los dos últimos días han venido muchos portugueses a hacer la compra», argumenta Montserrat. «Yo no sé por qué cierran la frontera, nos hacen falta ellos a nosotros y nosotros a ellos», insiste la empresaria. «Esto se muere, el comercio va a quedar muy tocado, porque a ver quién aguanta esto», afirma con resignación.
Francisco Javier Hernández, con una empresa de congelados desde hace 27 años en la frontera de Fuentes de Oñoro y Vilar Formoso, reconoce que nunca había vivido una situación tan «complicada». «Mi distribución de pescado y marisco la tengo parada, prácticamente, desde el mes de marzo y no hay manera de que esto arranque y ahora otra vez volvemos a irnos para atrás», lamenta el empresario español. «Pudimos salvar los muebles en verano, pero ya estamos muy cansados psicológicamente, porque es una situación muy difícil de llevar, todos los días te levantas muy desanimado y no sabes qué va a pasar. Y, sobre todo, difícil de llevar», lamenta.
Carlos Marques, dueño del Hotel Lusitano, un referente de esta zona fronteriza, reconoce que «el cierre de la frontera es una pérdida muy grande», mientras que califica de «catastrófica» la situación en la que se encuentra Portugal. La Raya que forman Vilar Formoso y Fuentes de Oñoro es «una familia toda unida», explica Marques, aunque «a veces sucede que una línea nos separa, desgraciadamente». «Hemos mantenido el hotel abierto, por si surge algo, pero la cosa pinta mal», asegura.
Entre las pocas personas que aún se ven deambulando por la zona fronteriza está la portuguesa Cándida Lopes, que ha salido a pasear su perra por Vilar Formoso. «Estamos mal con este problema, mi tienda está cerrada, todo está cerrado, no se puede entrar a España y si queremos una cosa de allí ya no se puede. Estamos mal», afirma.
En una entrevista a Rádio Fronteira, el dueño de Carrefour Market (Galerias Gildo), Juan Luis Bravo, afirma que «nadie esperaba un nuevo cierre de fronteras». El 90% de los clientes del supermercado más importante de Fuentes de Oñoro son portugueses. La plantilla es híbrida, de 50 personas, 25 son portugueses y 25 españoles. Juan Luis Bravo subraya que las dos localidades, Fuentes de Oñoro y Vilar Formoso, dependen entre sí y son en realidad un solo pueblo. Bravo defiende una tarjeta transfronteriza para los habitantes de la zona de frontera y considera que empeorará la situación económica más allá de lo que tenían previsto.