El cantautor iberista, compositor, actor, profesor y escritor vasco Patxi Andión murió este miércoles por un despiste conduciendo su coche. Tenía 72 años.
El periodista Nuno Pacheco del diario Público de Portugal afirmó que, desde que actuó en Portugal por primera vez en 1969 (en el programa Zip-Zip en la RTP), «fue estrechando lazos con Portugal, donde siempre hablaba en portugués en las entrevistas y conciertos. Fue el más portugués de los cantautores españoles».
Patxi Andión, en el programa Aventura del Saber de RTVE, declaró que era iberista no sólo por su lusofilia, sino porque ser vasco: «soy un vasco iberista. Si se es vasco o si se es euskaldún es un deber ser iberista, entre otras cosas, la única posibilidad de traducir el ibero es con el euskera».
Sus canciones comenzaron a ser oídas en la radio portuguesa. En particular la exitosa canción Canto, que, a pesar de haber sido prohibida en España, se oía sin censura en el Portugal bajo el mando de Marcelo Caetano (“Canto a los sueños canto al dolor/ Canto a los hombres que curte el sol/ Canto a la tierra canto al amor/ Canto a la madre que me parió”).
En abril de 1970, la revista Mundo da Canção le dedicó una portada en su edición número cinco. El 24 de marzo de 1974 después de que la policía política de Portugal (PIDE) impidiese su entrada en tres ocasiones a Portugal por la frontera, finalmente consiguió entrar para dar un concierto histórico en una sala llena de Lisboa, un mes antes del 25 de abril.
Nuno Pachecho afirma que «esa vinculación de Patxi con Portugal se fue consolidando», creando una «corte de admiradores» que lo llevó a grabar en Portugal su primer disco en directo de su carrera (Cuatro Días de Mayo). Su último concierto en Lisboa fue el pasado setiembre.
La muerte del cantautor vasco coincide con la muerte de otro iberista, el marinero murciano Andrés «El Nene», miembro del Partido Ibérico Íber. Según su amigo Emilio Ángel Morales Marín, «fue un hombre que se comió el mundo a borbotones, enamorado de la naturaleza, de sus amigos y de la vida, de la que no se ha dejado ni un sorbo. Brasil, Portugal y España y de España, Ibiza, Moratalla y Murcia. Deja muchos amigos y un mar de recuerdos». El sueño político de Andrés era la construcción de una Iberia con capital en Zaragoza, por donde pasa el río Ebro (íber).