El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en respuesta al ingreso irregular de 8.000 personas provocado por el Reino de Marruecos, ha visitado la ciudad autónoma de Ceuta y ha defendido la integridad territorial de España. La Unión Europea ha expresado su apoyo a España, calificando la frontera ceutí como «frontera europea». No obstante, la crisis es consecuencia de la ayuda humanitaria del Gobierno español prestada al secretario general del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, Brahim Ghali, que se encuentra enfermo en un hospital de Logroño y al que el Reino marroquí considera un enemigo a capturar.
Para la opinión pública marroquí el tema saharaui es un tabú asociado al separatismo y al terrorismo; asimismo, Ceuta y Melilla son consideradas como“ciudades ocupadas”. Según fuentes locales, los medios de comunicación marroquíes no están dando cobertura a la crisis; están concentrados en el envío de ayuda humanitaria a Palestina mientras omiten la alianza de su Gobierno con Israel y Estados Unidos. Sin embargo, en internet se ha divulgado la ausencia de control marroquí en la frontera con Ceuta, lo que ha movilizado a quienes quieren salir del país, muchos de ellos menores de edad.
Para el Reino de Marruecos, consolidar el dominio sobre el Sáhara Occidental es prioritario. Este territorio, de cuya administración España se desentendió en 1976, es rico en fosfatos, valiosos para la agricultura, y ha sido progresivamente repoblado por marroquíes. Los equilibrios diplomáticos de la relación España-Marruecos son muy sensibles y en permanente tensión. El cierre de fronteras decretado unilateralmente por Marruecos hace más de un año, desde 13 de marzo de 2020, ha afectado virulentamente a los intereses económicos de quienes viven del comercio transfronterizo, a ambos lados de una frontera que siempre ha tenido mucho movimiento.
606 años de ibericidad de Ceuta
La ciudad Ceutí tiene vínculos con la Península desde los tiempos romanos, visigodos y andalusíes. El 21 de agosto de 1415, el rey João I de Portugal, con sus hijos Duarte, Pedro y Henrique «el Navegante», conquistó Ceuta. La ciudad fue reconocida como portuguesa por el Tratado de Alcáçovas y el Tratado de Tordesillas.
Tras la muerte del rey Sebastián I de Portugal en 1578, el Reino de Portugal se incorporó a la Monarquía Hispánica en 1580. En 1640 Ceuta no sigue a Portugal en la restauración de su independencia, prefiriendo mantenerse bajo la soberanía de Felipe IV, pero decide (simbólicamente) mantener las armas de Portugal en su escudo y en su bandera (con las mismas franjas que la lisboeta), algo que se mantiene hasta hoy. En 1668 el Tratado de Lisboa firmado entre España y Portugal reconoció la soberanía española sobre Ceuta, convirtiéndose en un peculiar territorio producto directo de la experiencia de la Unión Ibérica de coronas.
Existe actualmente un Consulado portugués en la ciudad autónoma. En 2015, Juan Vivas, presidente de Ceuta, afirmó: “Portugal está en la memoria, alma y corazón de Ceuta”. Ceuta tiene una ibericidad de 606 años, 225 años como portuguesa y 381 años como española.