El Gestor Técnico de Sistema gasístico español ENAGAS informa en su web de que el pasado 13 de diciembre ha alcanzado un acuerdo con la operadora portuguesa REN (Redes Erergéticas Nacionais) y sus colegas franceses Teréga y GRTgaz para el desarrollo del hidroducto H2Med. Las cuatro gasísticas han presentado el proyecto a la UE en Bruselas el 15 de diciembre, según informa Europa Press. El objetivo es que esté operativo en 2030 y pueda transportar hidrógeno verde a Francia y, de allí, al norte de Europa, en especial a Alemania. El tubo podría transportar un 10% del objetivo europeo de hidrógeno verde, que es de 20 millones de toneladas en 2030.
Los cuatro TSO (Transmission System Operator; Gestor Técnico de Sistema, en español) han firmado un Memorandum of Understanding (MoU) que ratifica su compromiso de colaboración para desarrollar el H2Med. Las operadoras han indicado que el hidroducto es “un ejemplo de cooperación y multilateralismo entre países vecinos con un objetivo común: la descarbonización de Europa”. El H2Med incluye el tubo submarino BarMAr (entre Barcelona y Marsella) y el CelZa (conexión entre Celorico da Beira, en Portugal, y Zamora). Para el enlace con Portugal, ENAGAS y REN han presentado, respectivamente, la parte de la conexión en su territorio; Para el BarMar lo han hecho los tres TSO implicados conjuntamente.
El corredor verde de hidrógeno se acogerá a los proyectos PIC (Proyectos de Interés Común), lo que permitirá una autorización acelerada y optar a ayudas financieras directas del Mecanismo ‘Conectar Europa’ de la UE. La Unión Europea ha destinado a dicho mecanismo, y para infraestructuras energéticas transeuropeas, 5.850 millones de euros, partida a la que los cuatro TSO buscarán acogerse para financiar el 50% del coste de la obra. Según los primeros cálculos el gasoducto costará 2.850 millones de euros, de los que 2.500 serán para el BarMAr y el resto al Celza.
La península ibérica, hub energético
El hidrógeno verde se produce a través de electrólisis: un chispazo a una molécula de agua que separa el hidrógeno y el oxígeno, pero con la condición de que la electricidad utilizada en el proceso sea renovable. Esta es la clave, según el Gobierno español, para que la península ibérica pueda ser una potencia global en su producción: sus territorios tienen capacidad para generar grandes cantidades de luz mediante paneles solares y molinos de viento, por lo que sería más barato producir aquí el hidrógeno verde que en el centro de Europa.
Así lo ven también la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro portugués, Antonio Costa: la primera, tras la IX Cumbre Euromediterránea de 9 de diciembre en Alicante, señaló que “la península ibérica se va a convertir en uno de los principales hubs energéticos de la UE” y en una “puerta energética para todo el mundo”, mientras que el segundo ha dicho que “se cambia toralmente la tendencia, pues ya no vamos a ser meros importadores y reexportadores de energía”, sino que la Península se refuerza “como productores y exportadores de energía al resto de Europa, sin depender de terceros”.
Celorico – Zamora
En este plan energético verde Zamora será la puerta de entrada del gasoducto que viene desde Portugal, con lo que se hará realidad un proyecto formulado ya hace más de una década, ahora denominado CelZa. Enmarcado en la Red Transeuropea de Transporte (RTE-E) se trata de la tercera fase de extensión del gasoducto existente entre Celorico da Beira y Braganza, en Portugal, y Zamora, con un total de 310 kilómetros, de los que 225 están en suelo portugués y 85 corresponden a España.
La obra se puede ejecutar en el plazo cuatro años, incluyendo los cerca de 26 meses para conseguir las autorizaciones pertinentes en materia de impactos ambientales y otros permisos. La Unión Europea financiará también el 50% de su coste, mientras que el resto lo aportarán los gobiernos luso y español, así como los operadores de la red de transporte de gas implicados.
El CelZa transportará el gas que llegue desde Sines (Portugal), donde se está construyendo una gran planta de hidrógeno verde que cuenta con una inversión privada de 1.000 millones de euros. Sines dispone ya de una planta regasificadora de hidrógeno gris, ya que su puerto puede albergar numerosos y grandes barcos metaneros gracias a la profundidad de sus aguas.