«Un justo homenaje a una figura que nos ha marcado y nos sigue marcando», ha afirmado Ana Paula Laborinho, directora de la OEI Portugal, en el Coloquio «Mário Soares y América Latina – Pasado, Presente y Futuro». El evento, coorganizado por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), la Universidad Autónoma de Lisboa, la Fundación Mário Soares y Maria Barroso (FMSMB), la Fundación Friedrich Ebert, el Instituto para la Promoción de América Latina y el Caribe – IPDAL, ISCTE-IUL, el Instituto Diplomático y la Embajada de México en Portugal, ha tenido este martes en el Teatro Thalia de Lisboa.
Siempre fue «un admirador, un enamorado de América Latina», como ha dicho Isabel Soares, hija del político y presidenta de la FMSMB, recordando varios de los viajes que el socialista realizó al subcontinente antes y después del 25 de abril de 1974. Contribuyó «a que la Internacional Socialista tuviera peso» en la región, ha afirmado Vítor Ramalho, asesor de la Casa Civil del Presidente de la República de 1986 a 1996. Bruno Figueroa, embajador de México, ha afirmado «ningún estadista portugués tuvo una relación tan estrecha» con la región y que Mário Soares asumió las batallas por la liberación democrática y la justicia en los países latinoamericanos como su «lucha personal».
También se ha hablado del papel de los socialdemócratas alemanes en la Internacional Socialista (IS) y de su relación con Mário Soares. Según Bernd Rother, de la Fundación Willy Brandt de Alemania, el socialdemócrata alemán y el socialista portugués se fueron acercando y alejando a lo largo de las décadas, debido a las fuertes discusiones en el seno de la IS sobre las corrientes marxista-leninista y sandinista que impregnaban la izquierda latinoamericana. Para Mário Soares, era importante acercarse a Iberoamérica, entendida en términos culturales y políticos con sus propias realidades, frente a la visión eurocentrista de la IS, ha señalado Mariano Schuster, periodista de la revista argentina Nueva Sociedad.
Ana Mónica Fonseca, directora del CEI-ISCTE, ha declarado que «Mário Soares fue el caso de éxito de la izquierda democrática que consiguió liderar la transición de un régimen autoritario de derechas sin caer en el comunismo». A raíz de ello, junto con Felipe González, expresidente del Gobierno español, «inició una relación de cooperación con muchos países latinoamericanos, a nivel político y, posteriormente, a nivel económico y social», ha afirmado João Torres, vicepresidente del IS.
El papel ibérico en el presente y futuro de las relaciones UE-América Latina
La tercera mesa redonda ha analizado la trayectoria de Portugal en las Cumbres Iberoamericanas. «A pesar del desinterés inicial» mencionado por Nancy Gomes, directora de la Cátedra UAL-OEI, y de «cierta falta de visibilidad», como ha subrayado Ricardo Vitória, coordinador nacional de la Conferencia Iberoamericana, siempre ha habido una representación de alto nivel en este «proyecto de cooperación inclusiva». Cristina Manzano, directora de Relaciones Externas de la SEGIB, ha destacado que el principio de esta consulta política es incluir a todos los Estados, garantizando que todos puedan debatir en la misma mesa, y que hay varias «entidades portuguesas que están comprometidas con iniciativas» en la región, ha sostenido Raquel Patrício, profesora del ISCSP.
Las relaciones Europa-América Latina han sido debatidas en el cuarto panel del día, destacando el papel de Portugal y España en el fomento de esta relación, que en el seno de la Unión Europea (UE) dio origen a las Cumbres UE-CELAC, ha destacado Ana Paula Zacarias, directora del Instituto Diplomático, y transformó las relaciones exteriores de las comunidades europeas con el subcontinente americano, ha añadido Carlos Gaspar, exasesor de Mário Soares. Cátia Miriam Soares, investigadora del CEI-ISCTE, ha explicado que los países ibéricos «siempre están promoviendo una política de proyección, de la UE como actor global». Por su parte, Andrés Malamud, investigador del ICS-UL, ha advertido de que el futuro del «triángulo atlántico» depende de factores económicos, de investigación e innovación o demográficos, porque «Europa es una región envejecida», algo que América Latina aún no es, y África es un continente joven.
El quinto panel ha analizado el futuro de América Latina e hizo hincapié en los efectos de la nueva administración Trump. Para Carlos Quenan, director del Institut des Amériques, atravesamos «una crisis geopolítica global sin precedentes» con «desafíos democráticos del mundo de Mário Soares» que persisten, y retrocesos identificados. Francisco Aldecoa, presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo, afirma que el contexto alimentado por la administración Trump «puede reforzar la importancia de Europa y América Latina en el mundo». Más pesimista, Ramón Jáuregui, presidente de la Fundación Euroamérica e impulsor de «Iberoamérica en Democracia», una nueva plataforma de la OEI para la promoción de los valores democráticos, sostiene que América Latina «nunca ha estado tan dividida» y que «no hay articulación política, no hay diálogo político Europa-América Latina», con Europa orientada al Este.