22/05/2025

Un documental de TVE afirma que Colón era valenciano y judío y descarta que fuese genovés o portugués y cristiano

Expertos críticos señalan la ausencia de pruebas científicas y que su autor no ha publicado los resultados en revistas especializadas

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El documental ‘Colón ADN, su verdadero origen’, emitido la noche del pasado 12 de octubre (532º aniversario del descubrimiento de América) afirma llegar a dos conclusiones: que los huesos existentes en sendos túmulos de la Catedral de Sevilla pertenecen al almirante y a su hijo Hernando; y que, por su ADN, el origen del descubridor era mediterráneo, de la zona de Valencia, y descarta herencia genovesa, portuguesa, gallega o aragonesa. Según el diario El País el documental “planteado como un programa de telerrealidad… ha generado estupefacción en la comunidad científica” por la ausencia de pruebas y de publicación en revista especializada.

Efectivamente, el protagonista absoluto del autodenominado thriller –dice El País-, el forense José Antonio Lorente, catedrático de Medicina Legal y Forense de la Universidad de Granada, todavía no ha publicado ningún estudio científico que demuestre lo que sostiene. El mexicano Rodrigo Barquera, experto en arqueogenética del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, explica que “normalmente, se envía el artículo a una revista científica, que le asigna al menos tres revisores independientes que califican el trabajo y deciden si es científicamente válido. Ponerlo en una pantalla con todos los focos mediáticos, obstaculiza que la comunidad científica pueda decir algo al respecto”, destaca Rodrigo Barquera.

El País dedica dos artículos a este asunto -en secciones diferentes-, en su edición del 13 de octubre de 2024: en la sección ‘Ciencia/Materia’ Manuel Ansede y Nuño Domínguez profundizan en la visión científica; en ‘Televisión’ Vicente G. Olaya lo analiza como producto audiovisual.

El documental ‘Colón ADN. Su verdadero origen’ ha sido producido por RTVE y Story Producciones y dirigido Regis Francisco López: La película intercala situaciones de suspense con datos científicos y va descartando una a una a las regiones o países candidatos hasta dejar un único ganador.

Sin datos

El diario citado ha solicitado la opinión del genetista Antonio Alonso -que dirigió el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses hasta enero y trabajó en la identificación de las víctimas del 11-M, en denuncias de presuntos robos de bebés o reconocimiento de los asesinados en la Guerra Civil Española-, que es contundente: “Desde el ámbito científico no se puede hacer valoración alguna tras el visionado, ya que no se ofrece un mínimo dato de lo analizado. Mi conclusión es que el documental no muestra el ADN de Colón y los científicos no sabemos qué análisis se han hecho”.

José Antonio Lorente defiende su decisión de no publicar desde hace más de 20 años: “El estudio sobre Colón y su familia ha sido considerado siempre como una unidad, y hasta que no esté finalizada la investigación no se publicará nada”, que agrega que los resultados científicos se presentarán públicamente probablemente a finales del próximo mes de noviembre.

150 gramos

El recorrido de este ‘docudrama’ arranca en 2003 con la exhumación en la Catedral de Sevilla de la presunta tumba del navegante y del vecino sepulcro de su hijo Hernando. La apertura del sarcófago de Colón descubrió unos 150 gramos de hueso en fragmentos, según dijo entonces Miguel Botella López, director del Laboratorio de Antropología Física de la Universidad de Granada. Después de analizar los huesos durante seis días con escáneres láser, sólo pudo concluir que los restos pertenecían a un hombre varón de entre 50 y 70 años. Botella dijo que no se pudo extraer ADN de los huesos y se desvinculó de la investigación.

Lorente proclamó entonces que iba a analizar el ADN de los supuestos miembros de la familia Colón con la ayuda de prestigiosos genetistas, como Ángel Carracedo, de la Universidad de Santiago de Compostela; y Mark Stoneking, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Leipzig (Alemania). Carracedo recuerda que el ADN que le llegó a él estaba tremendamente degradado y posteriormente se desvinculó del proyecto. Asegura que no opinará de los nuevos resultados de Lorente hasta que exista un estudio científico serio publicado en una revista especializada.

Fragmentos muy pequeños

La respuesta de Mark Stoneking -Instituto Max Planck- es “lo siento, mi grupo dejó de trabajar en esto en 2005 y no he escuchado nada sobre los resultados más recientes”. Lorente dijo en 2007 que la clave era el ADN mitocondrial, un pequeño fragmento que solo se hereda de las madres. “Tras la comparación del ADN mitocondrial de los huesos —presuntos— de Colón con el de los huesos de su supuesto hermano Diego, se ha observado que ambos son propios de personas con la misma madre”; sin embargo, en 2010 el propio forense reconoció que los fragmentos de ADN mitocondrial eran “muy pequeños” e insuficientes para llegar a conclusiones.

Antonio Salas (director del grupo Genética de Poblaciones en Biomedicina en el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela, consultado también por ‘El País’) piensa también que la información genética que ofrece es muy limitada. Solo al final se menciona que lo único que se logró recuperar fue un perfil parcial del cromosoma Y. “El problema es que el cromosoma Y representa solo una mínima fracción de nuestro ADN”, asegura. Salas cree que el documental se precipita con la afirmación de que Colón era un judío sefardí originario del Levante español; “resulta, como mínimo, sorprendente, pues no existe un cromosoma Y que pueda definirse de manera exclusiva como judío-sefardí. Incluso con la totalidad del ADN de un individuo, seguiría siendo imposible concluir sobre su origen geográfico exacto”, afirma.

La tesis de Albardaner

La investigación de Lorente, con sus pruebas de ADN, va descartando otros posibles orígenes (gallego, portugués, aragonés, genovés) hasta decantarse por el que defiende Francesc Albardaner, expresidente del Centre d’Estudios Colombins de Barcelona, cuya hipótesis es que “Colón era un judío sefardita. Tuvo maestros judíos que le enseñaron la religión judía, pero en la esfera pública, aparentemente, era cristiano”. Y remacha: “Según mi teoría, nace en una familia de tejedores de Valencia y era judío sefardí que se hacía pasar por cristiano para evitar a la Inquisición”. Albardaner y otros defensores de esta hipótesis se basan en que su expedición a América fue financiada poco después de la expulsión de los judíos de España, y creen que Colón buscaba abrir rutas para escapar de la persecución y encontrar un nuevo refugio para los judíos.

«En Génova los judíos fueron expulsados después del siglo XII y no había ni personas, ni comunidad, ni sinagoga, ni nada de nada. Los judíos sólo podían ir a la ciudad y permanecer en Génova tres días para hacer negocios y luego se tenían que marchar”, sostiene Albardaner. Según el estudio, en España durante la Edad Media vivían unos 200.000 judíos, mientras que en Génova no pasaban de 15.000 y en Sicilia habitaban unos 40.000. De estos dos últimos enclaves, fueron expulsados en el siglo XII. De España, en 1492.

En un momento del documental Lorente le dice a Albardaner “tenemos ADN de Cristóbal Colón muy parcial, pero suficiente, y tenemos el de Hernando Colón, que está confirmado que es su hijo; Lo que sí es muy importante en tu teoría es que tanto en el cromosoma Y (del padre) como en el ADN mitocondrial (de la madre) de Hernando hay rasgos compatibles con un origen judío”. Pero, al igual que Antonio Salas (Santiago de Compostela), de esto también discrepa Antonio Alonso, que recuerda que hay agrupaciones de variantes genéticas (llamadas haplotipos o haplogrupos) que tienden a heredarse juntas, pero que a menudo coinciden con las de otros grupos; “En cualquier caso, una genealogía, un haplogrupo o un haplotipo de ascendencia ‘judía’ —o sefardí— no pone en duda que Colón naciera en Génova ni explica las creencias religiosas de las generaciones de familiares próximas a Colón”.

Protagonismo exagerado

El genetista Antonio Alonso lamenta la inexistencia de una revisión científica externa. “No se entiende que se presenten ante la sociedad datos que la comunidad científica no ha avalado todavía” ni que no aparezcan otros investigadores en el filme, pese a que Lorente asegura que fue esencial el trabajo de expertos de Estados Unidos y Australia. “Aquí hay un protagonismo exagerado de solo un científico. Ni aparece el equipo de Granada ni de los laboratorios colaboradores”, indica. “No sabemos cuáles son las regiones de ADN analizadas, ni la tecnología de análisis utilizada, ni los resultados obtenidos, lo que hace imposible hacer una valoración correcta de sus hallazgos”, insiste.

Patrioterismos emotivos

El Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia sigue ofreciendo la versión oficial del historiador Juan Pérez de Tudela y Bueso (catedrático de Historia Moderna en la Universidad Complutense de Madrid), fallecido en 2004, que en su momento cargó contra los “patrioterismos más emotivos que razonantes” que exigían “completar la gloria española del descubrimiento, haciendo español a su protagonista”. A su juicio, “el primer requisito para españolizar al Descubridor es el de descalificar como pura superchería las fuentes más próximas a la vida del almirante”.

Según Pérez de Tudela frente a esas pretensiones se alza un argumento incontestable: los testimonios de la época —incluido el del propio Descubridor en el documento fundacional del mayorazgo a favor de su hijo Diego— son unánimes a la hora de fijar en Génova el solar de los Colombo; además, investigadores genoveses han probado fehacientemente que el almirante fue hijo de Doménico Colombo y de Susana Fontanarosso (Fontanarrubea), pertenecientes ambos a familias ligures dedicadas a la fabricación textil”.

Portugués, gallego

El descubridor de las Indias en 1492 han tenido históricamente muchos padres. Otra teoría sostiene que Colón nació en Galicia, que podría haber sido un noble gallego llamado Pedro Álvarez de Soutomaior – conocido como Pedro Madruga -, que habría adoptado una nueva identidad después de huir de conflictos políticos. Otros dicen que podría haber sido castellano porque siempre utilizaba el español para comunicarse; otros que mallorquín.

También existe una corriente que afirma que Cristóbal Colón era portugués: esto surge tras el análisis de su correspondencia y su relación cercana con Portugal (vivió en Lisboa varios años). Según esta hipótesis, Cristóbal Colón habría sido en realidad un corsario llamado Pedro Ataíde y que fue perseguido por el rey de Portugal João II.

25 posibles orígenes

La investigación ―en la que han participado laboratorios de Estados Unidos, Australia, España, Italia y México― analizó 25 posibles orígenes del almirante, entre los que destacaban Italia, Suecia, Noruega, Portugal, Francia, Inglaterra, Escocia, Hungría, Irlanda, Croacia, Galicia, Castilla, Cataluña, Valencia, Navarra y Mallorca. Finalmente, los expertos redujeron a solo ocho los candidatos a ser la posible cuna de Colón.

En su periplo la investigación de Lorente asegura haber analizado las huellas genéticas de posibles familiares o descendientes de Colón para cotejarlas con el ADN de los restos de Sevilla: Los estudios a genoveses resultaron negativos. En esta ciudad no existe tumba del descubridor ni se conoce ningún descendiente o ascendiente directo. Otros restos analizados han sido los de la princesa Leonor de Aviz (Portugal), Juan de Colón (Poio, Pontevedra), Aldonza de Mendoza (Espinosa de Henares, Guadalajara) o don Tello de Castilla (Palencia), resultando todos negativos, lo que desembocaría en una única posibilidad; la de Francesc Albardaner.

Huesos viajeros

Los restos de Cristóbal Colón viajaron desde Valladolid, donde falleció en 1506, hasta Sevilla en 1509, a Santo Domingo en 1544, a La Habana (Cuba) en 1795 y de vuelta a Sevilla en 1899. Sin embargo, este hallazgo no cierra la puerta completamente a que otros huesos del almirante estén en otras partes. Por lo tanto, es factible que sus restos puedan seguir la Catedral de Santo Domingo.