Portugal y el inglés (III)

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En mis artículos anteriores, me he referido al dominio en Portugal del inglés y el potencial de los portugueses como profesores de inglés para hispanohablantes. Quiénes me conocen saben que el inglés es importantísimo para mí, que lo uso todos los días en las redes sociales, y que antaño soñé vivir en los Estados Unidos y en Canadá. Por eso, lo que voy a decir en este artículo podrá ser sorprendente: yo no defiendo la supremacía de la lengua inglesa. Defiendo, eso sí, la diversidad, la armonía y la aceptación mutua. Aquello que yo busco, tanto en el inglés como en el portugués y en el español, son oportunidades para contribuir a la paz y a la concordia en el mundo entero.

Mis alumnos me preguntaron recientemente lo que pienso del Acuerdo Ortográfico y del peligro de que el inglés cause la desaparición del portugués. ¿Tengo orgullo en Portugal? Sí. ¿Debo promover la lengua portuguesa? Claro que sí. ¿No me gustó la manera como nos fue impuesto el Acuerdo Ortográfico? Claro que no me gustó. Pero dicho todo esto, la lengua portuguesa no es exclusiva ni de Portugal ni del Brasil. Escribo y enseño portugués con las reglas del Acuerdo Ortográfico porque no tengo elección, pero también en parte porque espero que eso pueda ser una modesta contribución a una amistad más sincera entre Portugal y Brasil. ¿Qué tiene esto que ver con el inglés? Pues que la concordia es más importante para mí que cualquier idioma. ¿Para qué sirven los idiomas si no los usamos para eso?

Lo que respondí a mis alumnos fue: no creo que el Acuerdo Ortográfico haya sido una buena idea, pero no le echo la culpa a Brasil por nuestros problemas, y tampoco creo que la lengua portuguesa pueda desaparecer de Portugal. Tenemos una Constitución que dice que nuestra lengua es el portugués, punto. Hacer desaparecer el portugués implicaría cambiar la Constitución; por lo tanto, insistir que el inglés, o el portugués brasileño, vaya a hacer desaparecer el portugués europeo es una exageración. También les dije que hay una cosa que me molesta mucho más, porque para mí representa un peligro mucho más inmediato y real para cualquier persona en el mundo: la discriminación lingüística.

Hay quienes creen que es una tremenda falta de educación hablar otras lenguas en la presencia de personas que solo hablan inglés, llegando incluso a interrumpir conversaciones de desconocidos solo para exigir que hablen inglés. Esto sí, me enfada. Teniendo en cuenta todos los casos de acoso en países anglófonos contra personas que hablan otras lenguas, y toda la demagogia xenófoba que ha sido fomentada, en primer lugar, por el oprobio de la política norteamericana, me enfada. ¿Quién les da el derecho de dar por sentado el privilegio de que hablemos inglés? ¿No tiene valor que aprender a hablar idiomas sea un trabajo arduo y exija perseverancia? ¿Por qué todos nosotros tenemos que esforzarnos siempre tanto para hablar inglés, para su conveniencia y confort, incluso ante aquellos que no están dispuestos a recompensar con el mismo gesto y no están interesados en saber nada de nosotros? ¿Acaso no es esa la verdadera falta de educación? ¿Creen ellos que somos inferiores?

João Pedro Baltazar Lázaro

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