¡Hace justo diez años del 20 de Julio de 2010! El presidente Lula firmó la Ley 12.284, aprobada en el Parlamento de Brasil. Se formalizaba, así, la Universidad de la Integración Internacional de la Lusofonía Afro-brasileña (UNILAB). El acto se realizó con pompa en el Palacio Itamaraty en Brasilia, con la presencia del canciller Celso Amorim; el ministro Fernando Haddad, de Educación; el presidente Eloy Ferreira de Araújo, de la Fundación Palmares; el gobernador Cid Gomes, de Ceará; la alcaldesa de Redenção, Francisca Cimar; ministros de Estado; parlamentarios; embajadores, y otras autoridades de la Comunidad de los Países de Lengua Portuguesa (CPLP).
Las expectativas eran inmensas, y así debían serlo, como sucedió con la Universidad Latinoamericana, creada en enero de 2010 con la finalidad de la integración del continente latinoamericano; con sede en Foz do Iguaçú, junto a la triple frontera de Brasil con Argentina y Paraguay. Brasil le debía la creación de la UNILAB a la CPLP; dotándola de las condiciones humanas y materiales para convertirse en una universidad residencial, y volcada en la movilidad de estudiantes, docentes e investigadores, con actividades repartidas entre las universidades públicas de la CPLP, con la mitad de sus alumnos provenientes de fuera de Brasil.
El sentimiento de optimismo era enorme. El apoyo del Ministerio de Educación era firme y amplio. Todos los países de la CPLP enviarían estudiantes seleccionados con el apoyo de las embajadas brasileñas. El propio ministro Amorim me sugirió, en los pasillos, entre una y otra entrevista a los medios de comunicación, que era recomendable anticiparse al ingreso de Guinea Ecuatorial a la CPLP y prever la selección de sus estudiantes; incluyendo una visita de trabajo a Malabo, desde donde acababa de regresar con el presidente Lula en gira oficial.
Guinea Ecuatorial, antes colonia española, adoptó el portugués como lengua oficial en 2010 y, efectivamente, se incorporó a la CPLP en 2014 con el apoyo de Brasil. Curiosamente, Guinea Ecuatorial también creó una universidad de integración internacional con sede en la nueva capital, en construcción en Oyala. La Universidad Afroamericana de África Central (AAUCA) se propone a recibir estudiantes de África y de las Américas en su campus, así como a docentes internacionales con fuerte interlocución con la UNESCO, a través del Instituto de Educación Superior para América Latina y Caribe (IESALC) en Caracas y de la Oficina Regional para África Central en Yaounde, en Camerún.
El continente africano conoce otras iniciativas de integración internacional. La más conocida de ellas está en Burkina Faso, un país francófono que recibe estudiantes de los países de lengua oficial portuguesa en África. Se trata del Institut International d´Ingénierie de l´Eau et de l´Environnement (2iE), que existe desde 1968. El Instituto forma ingenieros especializados en agua y saneamiento; energía y electricidad; medioambiente y desarrollo sostenible; ingeniería civil y de minas, y gestión y emprendimiento; atendiendo a la demanda de más de 28 países.
El Caribe nos da otro ejemplo de una universidad que funciona en red, la University of West Indies (UWI), creada en Jamaica en 1948, inicialmente como The University College of the West Indies, propuesta por Reino Unido para la educación superior en las colonias británicas en el Caribe de entonces. La UWI tiene su campus-sede en Jamaica, y otros cuatro en Trinidad y Tobago; Barbados; Barbuda, y un campus abierto.
La Universidad de la Iberofonía (UNIBER), propuesta en otros momentos, además de proyectarse como articuladora entre iniciativas dentro del espacio de la iberofonía, que hoy congrega a casi un billón de hablantes de portugués y español, puede inspirarse en las experiencias en las Américas y en África, además de asociar a los dos países ibéricos en la Unión Europea (UE), donde las comunidades de lengua portuguesa y española están presentes, y son significativas en todo el territorio europeo. Más que aprovechar el espacio luso-español de Olivença/Olivenza en la frontera entre los dos países, tal vez sea el caso de pensar la creación de la UNIBER en las segundas más importantes ciudades de Portugal y España, como Oporto o Barcelona. En vez de formalizar una nueva universidad, se puede pensar primero una iniciativa vinculada a la Asociación Catalana de Universidades Públicas (ACUP), que involucre a sus ocho universidades como promotoras de la UNIBER. Recibiría igualmente el apoyo de la Alianza de Civilizaciones de Naciones Unidas (UNAOC), que tendría el aval de su alto-representante, Miguel Ángel Moratinos. El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, sería el padrino de la iniciativa; asesorado por la UNESCO y su Instituto especializado en Educación Superior, el IESALC, en Caracas.
Paulo Speller es Profesor Titular Emérito de la Universidad Federal de Mato Grosso (UFMT), de la que fue rector (2000-2008), fue coordinador y rector de la Universidad (Federal) de la Integración Internacional de la Lusofonía Afrobrasileña (UNILAB, 2008-2013) y secretario-general de la Organización de los Estados Iberoamericanos para Educación, Ciencia y Cultura (OEI, 2015-2018).