António Costa y Pedro Sánchez comienzan la legislatura con una agenda ibérica pendiente de desarrollar

«Profundizar en la integración y cooperación ibérica», es el nombre del documento que firmaron en 2015 ambos mandatarios

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España y Portugal siempre se han caracterizado por mantener un cierto paralelismo histórico. António Costa y Pedro Sánchez confirman la regla. Ambos accedieron al gobierno a través de una audaz moción de censura, derribando “un muro anacrónico” -en palabras de Costa- que impedía la colaboración entre el Partido Socialista y las fuerzas a su izquierda (“geringonça”). Y ambos han conseguido ser los más votados. La fragmentación política portuguesa es menor que la española, pero también su mecanismo de investidura es automático y no requiere pasar por el Parlamento.

«Profundizar en la integración y cooperación ibérica», es el nombre del documento que firmaron en 2015 António Costa y Pedro Sánchez cuando apenas eran dos prometedores líderes de la oposición que se conjuraban a trabajar “de manera conjunta en los gobiernos que vamos a liderar en el futuro”. Esa determinación se percibía en las ambiciosas medidas que pactaron: “creación de cátedras ibéricas para el estudio de la historia común de la Península Ibérica”, “reuniones semestrales de Jefes de Gobierno de Portugal y España”, la “creación de un canal de televisión público bilingüe, siguiendo el modelo franco-alemán del canal ARTE, con vocación iberoamericana” o “concertar posiciones comunes para los Consejos Europeos”. Esta última medida sí que se ha materializado en la designación de Josep Borrell, como Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores. Para la diplomacia portuguesa, Borrell es uno de los suyos.

En estos últimos años ambos gobiernos han tenido una generosa actitud de desactivación de problemas bilaterales, como los casos de la central nuclear de Almaraz, el caudal del Tajo o la celebración de Magallanes-Elcano. Cabe destacar la valentía de António Costa al incorporar una política propia hacia Iberoamérica, a pesar de las resistencias internas.

Saramago ha sido una de las narrativas ibéricas que ha unido a António Costa y Pedro Sánchez. Ambos han coincidido en las casas del escritor en Lisboa y en Tías (Lanzarote). La buena sintonía iberista se sustanció en la pasada cumbre hispanoportuguesa, donde Pedro Sánchez afirmó que “Europa necesita más iberismo y la península ibérica necesita también más Europa”.

*Este texto fue publicado en EL TRIANGLE en la edición del miércoles 15 de enero.

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