La primera vez que se habló de construir un segundo aeropuerto en el área metropolitana de Lisboa, para ayudar al flujo de turistas que llegan al aeropuerto de Portela, Marcelo Caetano era el presidente del Consejo de Ministros. Casi cincuenta años después y tras un gran debate, se espera que la construcción de esta infraestructura comience en Montijo, donde actualmente se encuentra la Base Aérea Nº6, que pertenece a la Fuerza Aérea Portuguesa.
La construcción del nuevo aeropuerto de Lisboa aún no ha comenzado y ya encuentra resistencias, que van desde asuntos ambientales hasta los propios alcaldes que están en contra de esta construcción y el ministro Pedro Nuno Santos, que tiene la intención de cambiar la ley. De acuerdo con la regulación ANAC, cualquier construcción fracasará si no hay una aprobación total.
Seixal y Moita son dos de los ayuntamientos que se oponen a esta construcción, lo que, según sus alcaldes, afectará tanto la vida de las poblaciones como la rica fauna y flora nativa de esta área del Tajo.
En relación a las aves que migran a esta zona y que podrían verse afectadas por la construcción de este aeropuerto, que está ubicado en una zona protegida por la Unión Europea, 26 mil holandeses firmaron una petición para proteger a un gran grupo de aves, incluida la lavandera-pico (ave nacional del país de los tulipanes), espátulas y flamencos.
Una de las razones que el gobierno portugués utiliza para construir este nuevo aeropuerto es el creciente flujo de turistas en el país y la creciente falta de espacios que terminan desviando a potenciales turistas.