13/05/2025

Los candidatos a primer ministro portugués disputan los últimos votos antes de las elecciones del domingo

Montenegro tiene cuatro puntos de ventaja en intención de voto, pero el empate está dentro del margen de error, según la encuesta de la Universidad Católica

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El próximo domingo 18 de mayo los portugueses van a decidir la mayoría parlamentaria que permitirá elegir al próximo primer ministro. Esta campaña ha sido maratoniana, pero permanentemente contraprogramada por acontecimientos históricos. Y será justamente en la recta final cuando tenga el protagonismo mediático. De este modo se ha visto desde España y, a otro nivel, también internamente en Portugal, como así se preguntaba hoy mismo un presentador de un conocido programa de Rádio Observador: “¿Ya podemos centrarnos en la campaña?”. Dado el contexto, a los partidos les ha costado movilizar a sus bases y parece que Montenegro ha sido el que menos ha sufrido.

Básicamente la disputa es entre Luís Montenegro, actual primer ministro que perdió la confianza del Parlamento tras un año gobernando, y Pedro Nuno Santos, joven ministro de António Costa y secretario general del Partido Socialista (PS), al que se le ha asociado en estilo a Pedro Sánchez. Nuno Santos afirma que “tenemos un primer ministro que está en negación, que no sabe de qué país está hablando y qué país está gobernando”, y añade que los portugueses “pueden confiar en el PS en momentos de crisis”.

Montenegro, de centro-derecha (PSD), líder de los llamados socialdemócratas y de la coalición Aliança Democrática, pudo gobernar durante un tiempo con el apoyo externo de Iniciativa Liberal (el Ciudadanos portugués) y el beneplácito del PS mientras que no pactara con Chega (el Vox luso). Desde 2024, el resultado electoral en Portugal, tras la ruptura del bipartidismo imperfecto, es tripartidista con algunos partidos más pequeños que se suman a los bloques del centro-derecha y del centro-izquierda. Chega, el tercero en discordia, llegó a conseguir 50 diputados (de 230) y 18% de los votos, superando en tres puntos porcentuales el mejor resultado de Vox. El partido de André Ventura (Chega) se desvinculó de los dos bloques, con la excepción de la mayoría formada con el PS y el resto de la izquierda para derrotar al Gobierno en la moción de confianza por el escándalo de Montenegro, que puede interpretarse como una imprudencia informativa o una posible ilegalidad, en relación con una empresa familiar y unas inversiones inmobiliarias (Caso Spinumviva).

Montenegro ha afirmado que si no obtiene una mayoría simple no va a intentar formar Gobierno. Básicamente eso es como decir que no va a gobernar con Chega en cualquier circunstancia, algo que también ha explicitado. Por tanto, la noche electoral nos ofrecerá dos datos relevantes: primero el partido más votado y después su capacidad de gobernabilidad parlamentaria. Algo de esto nos suena en España, pero recordemos que en Portugal no hay voto de investidura sino candidato propuesto por el presidente de la República. Es posteriormente cuando se puede hacer caer al Gobierno con el voto al programa de Gobierno, con una moción de censura o con una moción de confianza. En caso de repetición de resultados, la presión interna en el PS será de alto voltaje para decidir si asume un papel “estabilizador”, lo que no será fácil si el escándalo de Montenegro continúa en los medios. En el pasado ya hubo una Gran Coalición entre PS y PSD, el llamado Bloco Central de 1983 a 1985.

No parece que Luís Montenegro, que va en coalición (AD) con el hoy pequeño partido CDS (derecha), vaya a tener un coste político considerable. Todas las encuestas dan la mayoría simple a AD. Puede tener un coste leve, pero también puede capitalizar el voto por un gobierno estable. Un deseo expresado por el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, que hace campaña para que no haya otras nuevas elecciones en los próximos 12 meses y, de paso, presta una última ayuda a su partido. Hay que tener en cuenta que no pocos votantes de António Costa lo fueron, posteriormente, de Montenegro.

Iniciativa Liberal puede ser ligeramente el beneficiario del voto de desgaste contra Montenegro. No obstante, esto no preocupa al primer ministro porque forma parte de su base fiel de apoyo. Montenegro está comparando su campaña a la de Sá Carneiro, para “unir el país”. Sólo le preocupa si ese desgaste lo capitaliza Chega, lo que tampoco parece que sería un gran trasvase, más allá de un punto porcentual; esto consolidaría al partido de André Ventura como tercera fuerza política.

Es probable que una parte del voto que se le escapó al Partido Socialista retorne o se desmovilice; incluso, el PS puede crecer a costa de su izquierda: el Partido Comunista Português (PCP, prorruso, bajo la marca electoral CDU –Coligação Democrática Unitária-), el Bloco de Esquerda (BE, un Podemos luso un poco más moderado) y Livre (un Sumar portugués). PCP y BE están recurriendo a veteranos para que les saquen las castañas del fuego (Jerónimo de Sousa y Francisco Louça, respectivamente). El BE ha usado, a raíz del apagón, el viejo recurso del prejuicio antiespañol para agitar su campaña contra la “dependencia” de un “Estado extranjero”. Mientras tanto, el PCP ha ido perdiendo progresivamente su poder municipal, especialmente al sur del Tajo, e incluso ha visto cierto trasvase de votos a Chega (especialmente en el Alentejo y el Algarve).

Chega mantiene un suelo alto y un techo, un poco más alto, por la agresividad de Trump y, especialmente, por los escándalos de baja estofa de algunos de sus dirigentes (Venta de ropa de maletas robadas, prostitución de menores, conducción con altas tasas de alcoholemia y agresiones). Montenegro quiere rascar votos a su derecha. Por eso, el Gobierno portugués está enviando 18.000 notificaciones a inmigrantes irregulares para abandonar el país en 20 días. La candidata Mariana Mortágua, del BE, comparó a Montenegro con Trump. La Embajada brasileña, por su parte, ha pedido explicaciones y el Gobierno ha afirmado que los brasileños son una pequeña parte; mayoritariamente son del sudoeste asiático. Chega ha conseguido abrir el melón del debate mediático de la inmigración, obligando al PS a defender una inmigración ordenada. Marcelo Rebelo de Sousa ha alertado del coste económico de perder inmigrantes irregulares que están trabajado, en caso de que no haya como sustituirles. En los mítines de Chega se han producido varios altercados con gitanos. La extrema derecha en general se ha movilizado contra extranjeros y musulmanes.

Cada vez con menos apoyos, el partido Pessoas-Animais-Natureza (PAN), actualmente con un diputado, suele votar con los partidos de izquierda. Miles de portugueses han optado por el voto móvil en Portugal, según el Ministerio del Interior. El voto móvil permite a los electores depositar su papeleta con antelación y en el colegio electoral que más les convenga, siempre que marquen el lugar donde quieren votar al inscribirse. Así lo hicieron el pasado domingo.

La encuesta más importante: Universidad Católica

La encuesta encargada por RTP, Público y Antena 1 a la Universidad Católica apunta a un liderazgo continuado de AD en la intención de voto, pero también a una subida del PS. De acuerdo con los resultados, AD (Montenegro) mantiene los mismos 32% de las intenciones de voto frente a la última encuesta. El PS (Nuno Santos) sube de 26% a 28%. Dado el margen de error, conviene no descartar la posibilidad de un empate técnico.

En la última semana Chega ha crecido un punto porcentual hasta los 20% e Iniciativa Liberal sigue sorprendentemente con los mismos 6%. Los partidos a la izquierda del PS pierden todos un punto porcentual, quedándose con los siguientes resultados: Livre 4%, CDU-PCP 3% y Bloco de Esquerda 2%. El PAN sube medio punto porcentual hasta 1,5%. La encuesta arroja un 15% de indecisos.

La mayoría de las encuestas en Portugal tienen muestras muy bajas por lo que el elemento sorpresa se mantiene vivo hasta el domingo. Según la media corregida de las encuestas que ofrece Rádio Renascença, este sería el resultado: