Ministerio de Cooperación Ibérica

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Portugal y España han alcanzado, sirviéndose del marco de la Unión Europea y de los mecanismos de cooperación bilateral, un nivel de interrelación y cooperación muy elevado, lo cual es positivo para ambos países. Sin embargo, la visibilidad y percepción de la importancia externa e interna en la opinión pública de estas relaciones camina algunos pasos por detrás. Para seguir aprovechando todas las potencialidades de la realidad ibérica, sería de gran utilidad la creación de un Ministerio de Cooperación Ibérica, en ambos países. Voy a dejar aquí algunos apuntes del porqué de esta propuesta.

La importancia de las relaciones entre España y Portugal es algo perfectamente objetivable, desde diferentes perspectivas. Desde lo económico y lo comercial, los datos son elocuentes: para Portugal, España es su primer cliente y su primer proveedor; para España, Portugal es su cuarto cliente y séptimo proveedor. Las ventas de Portugal a España son 18 veces superiores a las que hace a Brasil, y más del doble de las que hace a Francia y a Alemania, segundo y tercer cliente del país luso. Las ventas de España a Portugal son algo mayores de las que hace al Reino Unido (que tiene una población seis veces mayor). España vende 3,5 veces más a Portugal, con 10 millones de población, que a China con 1300 millones de habitantes.

La cuestión del idioma es otro aspecto capital. Como venimos poniendo de relieve desde esta publicación, el español y el portugués son las dos únicas lenguas universales que son, en gran medida, inteligibles entre sí. La iberofonía tiene un potencial inestimable, en el aspecto cultural, pero también en el económico y en el geopolítico.

Tenemos un tercer aspecto fundamental que es la cuestión del desarrollo transfronterizo. España y Portugal comparten la frontera una frontera de 1.200 km de extensión que va de norte a sur de la Península, que transcurre por zonas con grandes problemas de despoblamiento. En España tenemos desde el 2020 el Ministerio de Transición y Reto demográfico y en Portugal el ministerio de Coesão Territorial y la Secretaría de Estado de Valorização do Interior. Ambos Ministerios y Secretarías de Estado firmaron en 2020 la Estrategia Común de Desarrollo Transfronterizo.

Otra cuestión de gran valor estratégico es la dimensión externa e internacional de la asociación estratégica de Portugal y España. En este sentido Pablo Rivera, director ejecutivo de la AECT Eurociudad Chaves Verín, propuso la creación de Secretarías de Estado conjuntas de «Iberia Global», basadas en la idea de «España global» como «proyección exterior». Para Rivera eso «sería un paso político brutal para la futura integración ibérica»

A todos estos aspectos se une el reciente y ambicioso Tratado de Amistad y Cooperación entre los Estados ibéricos, firmado en Trujillo en octubre de 2021. El Tratado establece un marco para la cooperación que abarca la práctica totalidad de las áreas de gobierno y determina unos instrumentos concretos para su desarrollo que son los siguientes:

a) Cumbres bilaterales anuales de carácter amplio y transversal, presididas por los jefes de Gobierno de ambos Estados.

b) Instancia de seguimiento, a nivel político, de las decisiones tomadas en las Cumbres.

c) Reuniones anuales entre los ministros de Asuntos Exteriores y ministros de Defensa de ambos Estados para coordinar el diálogo político en materias estratégicas.

d) Cooperación parlamentaria hispano-lusa para impulsar el debate en materias de interés común y promover iniciativas beneficiosas para ambos Estados.

e) Promoción de mecanismos estructurados de diálogo entre las sociedades civiles y los interlocutores sociales de ambos Estados.

Todas las cuestiones expuestas justifican suficientes contenidos como para crear un Ministerio de Cooperación Ibérica. Ciertamente se puede pensar que hay otras muchas áreas que tienen igual o mayor entidad como para merecer un Ministerio. No existe, por ejemplo, ministerio para la UE, ni para Iberoamérica, estando ambas relaciones estructuradas a nivel de Secretarías de Estado. Además, el punto de partida para la cuestión ibérica es el de la inexistencia de estructuras específicas dentro de los Gobiernos. Es por lo que la justificación de un Ministerio Ibérico, hay que buscarla en una motivación política. La Alianza Ibérica, como una verdadera relación especial entre España y Portugal, ha de ser reconocible y reconocida, dentro y, sobre todo, fuera de nuestras fronteras. Es hora de avanzar. Si no se llega a un Ministerio, se debe llegar a una Secretaría de Estado.

El impulso político en ambos países puede dar este salto cualitativo, creando un Ministerio, que debería estar dirigido por figuras de reconocido prestigio a ambos lados de la frontera. Los lectores quizá tengan a algún candidato favorito. Pueden hacer sus propuestas.

 

Pablo Castro Abad

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