Seguridad Social y Covid-19 en Iberoamérica

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La pandemia de Covid-19 provocó la mayor contracción global en tiempos de paz desde hace 90 años, con una reducción del 3,5% en el PIB mundial frente al 0,7% de la crisis de 2009. Esta caída varió mucho de una región a otra y de un país a otro. El FMI estima la caída en América Latina en un 7,4% y la caída en España en el 11,1%. El valor para Portugal es del 7,6%. La OIT estima que en América Latina se han perdido 47 millones de puestos de trabajo.

En el esfuerzo por reducir al mínimo los efectos tanto de la reducción de los ingresos como de la paralización de la actividad económica, la Seguridad Social en los diferentes países desempeñó un papel importante con medidas para compensar la pérdida de ingresos de los trabajadores y garantizar un medio de vida mínimo, minimizando los efectos negativos para los empleadores.

Las diversas medidas implementadas en América Latina incluyen la suspensión de las contribuciones a los sistemas de Seguridad Social, la posibilidad de retiro de fondos de ahorro para la jubilación, pagos adicionales por prestaciones por desempleo o la ampliación de su derecho y prestación por desempleo para trabajadores por cuenta propia e informales. Además de una reducción de los resultados de los sistemas de Seguridad Social, estas medidas han creado una serie de desafíos a los sistemas.

La Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS), como organismo multilateral que promueve el bienestar económico y social de los países iberoamericanos a través de la coordinación y el intercambio de experiencias en materia de protección social, ha venido difundiendo información sobre las soluciones implementadas en los diferentes países, con el fin de buscar conocer las mejores prácticas. Así, sus informes digitales (disponibles en www.oiss.org) contienen información estadística sobre la evolución de la pandemia, el proceso de vacunación, la legislación, las recomendaciones y los protocolos. También ha estado celebrando una serie de seminarios digitales que cubren una amplia gama de temas relacionados con la pandemia, desde la seguridad y los aspectos logísticos del proceso de vacunación hasta el impacto de la pandemia en los grupos más vulnerables, como las personas mayores y las personas con discapacidad.

Los análisis preliminares realizados sobre las políticas aplicadas subrayaron la necesidad de volver a examinar una serie de cuestiones relativas a los sistemas de protección social.

La pandemia, al provocar un alto nivel de desempleo en algunos países, ha hecho más evidente la existencia de situaciones con beneficios contributivos cuyo valor es menor que los mínimos de subsistencia y, en consecuencia, la necesidad de crear las condiciones para la definición de valores mínimos para las prestaciones, pero teniendo en cuenta la necesidad de garantizar la sostenibilidad a largo plazo de los sistemas.

La paralización de la actividad económica como consecuencia de las situaciones de confinamiento originó altos niveles de desempleo en el sector informal. En el pasado, el sector informal ha sido un amortiguador, absorbiendo a los trabajadores de los sectores formales en el desempleo, ahora hubo necesidad de asegurar algún tipo de apoyo. La garantía de una renta mínima universal es, por lo tanto, un tema de discusión, además de buscar como formalizar la informalidad.

La pandemia, mediante la difusión del teletrabajo, ha generalizado un conjunto de problemas a tratar. La transformación de la vivienda en el lugar de trabajo es un factor que dificulta la separación entre la vida laboral y personal, haciendo necesarias nuevas estrategias de conciliación. El teletrabajo también implica una revisión de los conceptos de riesgos laborales para un nuevo rediseño de los esquemas de prevención y caracterización de las ayudas en caso de accidente.

La posibilidad de retiro de fondos, que ocurrió en algunos sistemas de capitalización, reforzó la necesidad de evaluar como estos sistemas pueden hacer frente a situaciones extremas. La comparación de los sistemas y sus resultados, la difusión de buenas prácticas y la sostenibilidad financiera ya eran algunos de los temas de la agenda sobre el futuro de los sistemas de pensiones. La pandemia acaba de crear una presión adicional.

Estos son algunos de los temas que conciernen a la OISS y que se discuten como preparación del XVII Congreso, que se realizará a finales de año en la República Dominicana. Se espera que los aportes al debate en curso aporten elementos que permitan fortalecer y modernizar los sistemas de protección social de la región, siendo el Congreso un momento clave en este proceso.

 

Gina Magnolia Riaño Barón – Secretaria General de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social

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