Los próximos días 25 y 26 de febrero tiene lugar en Salamanca un congreso de ciencias sociales, que vengo impulsando desde hace medio año como parte de mi doctorado, sobre la obra del antropólogo brasileño panibérico Gilberto Freyre. Con más de medio centenar de especialistas, en dicho congreso habrá conferencias, comunicaciones, presentaciones de libros, que pueden consultar en el programa, así como una exposición fotográfica -seleccionada por Jamille Barbosa- sobre los itinerarios hispánicos de Gilberto Freyre, que permanecerá abierta en el Palacio Maldonado, donde se ubica el Centro de Estudios Brasileños, hasta el 20 de marzo.
Los itinerarios hispánicos del antropólogo brasileño Gilberto Freyre son aquellos que fueron recorridos por el propio autor, en su genealogía familiar, sus viajes, su formación y su ideario. Unos itinerarios transoceánicos, de ida y vuelta, que también sus propios lectores recorren en la interpretación de su obra y su biografía. A pesar de vivir el siglo XX y de conocer de primera mano la modernidad estadounidense y europea, Freyre se sentía un escritor autobiográfico, fiel a la tradición ensayística hispánica. Supo interpretar sin prejuicios, en su vida y obra, la Iberia medieval y del renacimiento, desde el -por entonces- novedosísimo método del relativismo cultural del antropológico Franz Boas y desde su perspectiva de ‘tempo tribio’ donde “el pasado nunca fue, el pasado continua”.
Gilberto Freyre consideró -en varias ocasiones- que no se sentiría un escritor completo hasta que no escribiera su viejo proyecto de Un brasileño en España, una obra que requería la observación participante del maestro de Apipucos en la vida social española durante un año.
A pesar de que Freyre visitó España en unas 9 ocasiones (1923, 1937, 1956, 1965, 1969, 1970, 1976, 1980 y 1981), estas visitas siempre fueron temporales. Este proyecto de búsqueda de los orígenes ibéricos tuvo varios intentos que no pudieron llevarse a cabo. Hasta Julián Marías -en el inicio de los años sesenta- le sugirió ser embajador brasileño en España.
El primer intento de Un brasileño en España fue en 1931, que, estando exiliado en Portugal, decide postergarlo para dar un curso en la Universidad de Stanford, curso que servirá de base para escribir Casa-Grande&Senzala. El siguiente intento, en 1937, fue la guerra civil quien se lo impidió, aunque pudo visitar el castillo sus ancestros gallegos los Freyre de Andrade y pasó por Salamanca en su primera visita de las tres que hará en total a lo largo de su vida.
La no culminación del soñado proyecto no quiere decir que Gilberto no hubiera conseguido recorrer y desarrollar teóricamente sus itinerarios hispánicos a través de centenares de páginas en su enorme bibliografía de libros, artículos y prólogos -algunos publicados en España-, así como la importante correspondencia que intercambió con autores españoles, a muchos de los cuales recibió en su casa de Apipucos.
Por tanto, es posible trazar diferentes itinerarios hispánicos de Freyre, en un sentido más allá de lo español (lo hispánico como lo ibérico), al identificar la marca ibérico-medieval -con sus interpenetraciones andalusíes, sefardíes y cristianas- en el nordeste brasileño, especialmente durante los 60 años de unión ibérica; o al trazar las afinidades, contrastes y posibles futuros geopolíticos -como el de aspirar a una federación de cultura entre países de lengua española y portuguesa- en sus interrelaciones hispánicas del libro O Brasileiro entre os outros hispanos, donde también reflexiona sobre el tiempo hispánico frente al time-is-money anglosajón; o al esbozar su hispanotropicologia como sugestiones filosóficas y antropológicas en torno a la influencia de los franciscanos, enviados a Brasil por el rey Felipe II, sobre el desarrollo de las civilizaciones hispánicas en los Trópicos, en el libro A Propósito de Frades. En sus libros de sociología o su diario de juventud también es posible encontrar sus itinerarios vitales y formativos hispánicos. Para Freyre, Brasil no sólo era “hispánico” (ibérico) sino que era el país más hispánico de todos: doblemente hispánico. Estamos ante un Brasil y un Freyre, que, en sus itinerarios territoriales y espirituales, se muestran ambos doblemente hispánicos, como afirmaba el autor. Primero por ser Portugal también de cultura ibérica, y segundo por la experiencia decisiva de la época “filipina” de unión de coronas entre España y Portugal, bajo el cetro de los reyes españoles (“Los felipes”).
El catedrático de la Universidad de Salamanca y alcalde de la ciudad, Alberto Navarro González, amigo salmantino del antropólogo brasileño, dejó escrito en 1987 en las páginas de ABC que España y la universidad española quedaban en deuda con Gilberto por su enorme contribución para visualizar y estrechar los lazos culturales entre Brasil y España. Esta exposición viene a saldar –en parte– la deuda española y salmantina con el antropólogo brasileño.
Por este congreso pasarán grandes nombres como Elide Rugai Bastos, José Antonio González Alcantud, Mário Hélio Gomes de Lima, Ángel B. Espina Barrio, Ignacio Berdugo, Frigdiano Álvaro Durántez Prados, Fabiana Gama Pereira, Patricia El-moor, Mariana Trajano, Claudia Salvia, Ivana de Siqueira, Alberto Schneider, Victor Ribeiro Villon, Ramón Villares, Sérgio Massucci y el nieto de Julián Marías -íntimo amigo de Freyre-, Daniel Marías, entre otros especialistas de alto nivel, que traerán sus hallazgos sobre el orientalismo y el hispanismo de Freyre, y que buen seguro sorprenderán al público.
Pablo González Velasco es coordinador general de EL TRAPEZIO y doctorando en antropología iberoamericana por la Universidad de Salamanca