Fundão y la “excepción ibérica”

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El concepto de la “excepción ibérica” se ha popularizado, en los últimos días, tras la victoria de España y Portugal en el Consejo Europeo, para que la Península Ibérica sea considerada una excepción por ser una “casi-isla” energética. Convendría que, dentro de nuestra europeidad, fueran reconocidas otras singularidades ibéricas, como la de tipo cultural. Esto tampoco nos debería llevar a un “excepcionalismo”, en las interpretaciones nacionales de la historia, que implique un supremacismo como ocurrió en Estados Unidos. Nuestra ibericidad está conectada con nuestra mediterraneidad y con algunas influencias de ida y vuelta con América y otros continentes. La disciplina de la “antropología de Iberoamérica” precisamente nos ayuda a entender singularidades y etnocentrismos de nuestra área cultural.

Iberia, La Raya e Iberoamérica han estado muy bien representadas en Fundão (Portugal). Durante los días 22 y 25 de marzo allí se ha celebrado el XXVI Congreso Internacional de Antropología de Iberoamérica. Las temáticas han sido “territorios, migraciones y fronteras”. Para el director del congreso, Ángel B. Espina Barrio, el encuentro subraya la importancia de “los aspectos transfronterizos, iberoamericanos y antropológicos”. Aspectos del máximo interés de la Universidad de Salamanca, como ha demostrado, con su presencia en el congreso, el propio rector, Ricardo Rivero.

Paulo Fernandes, alcalde de Fundão, ha recordado el valor añadido del ciudadano portugués en su capacidad de integrarse. También ha señalado tanto la urgencia de que Portugal se consolide como un país de acogimiento, como la importancia de dar continuidad a los lazos de amistad entre las Beiras y la Universidad de Salamanca. Una relación de siglos, con énfasis en las últimas décadas. Y, en ese sentido, reiteró que “es más lo que nos une de lo que nos separa”, siendo “la Raya un punto de unión”. Es por ello que el Máster de Antropología de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca suele realizar prácticas en esta ciudad. Berta Nunes, secretaria de Estado de las Comunidades Portuguesas, ha afirmado que la antropología es fundamental para no tener una visión etnocéntrica en las políticas de inmigración. Ricardo Rivero, rector de la Universidad de Salamanca, ha mencionado a dos referentes históricos de la antropología de Iberoamérica como Fray Bernardino de Sahagún y Gilberto Freyre. Para el rector, el entendimiento y la paz se construyen “desde la conciencia de comprender a los demás”.

Personalmente he tenido el honor de participar en este congreso con una ponencia sobre intercambio transoceánico entre Iberia y América, especialmente de productos alimenticios (incluyendo plantas y animales), después de la ruptura del aislamiento del continente americano en 1492. Los productos americanos están presentes en la lista de productos estrella e incluso “tradicionales” de la cocina ibérica. En dicha intervención he afirmado que “alguém imagina uma América sem ovos fritos, sem frango com o quiabo vindo da África ou sem a canja indiana? Alguém imagina uma América sem o asado argentino ou o churrasco brasileiro? E sem leite de vaca, sem cafezinho ou sem a guarnição de arroz? E sem a banana (de origem asiática)? Ou alguém imagina a comida italiana sem molho de tomate? Algum europeu, estando de dieta, se imagina sem peru (pavo)? Ou um adolescente espanhol sem chiclete?  Ou sem um bocadillo de chorizo?”.

En el congreso han participado excelentes investigadores, desde los más veteranos a los más jóvenes, como José Carlos Venâncio, Juan Andrés Blanco, Pablo Loarte-Mauricio, Carlos Montes, Gabriel Moreno, Antônio Bonatto, Tatiana Méndez Bernaldez, Elízabeth Manjarrés Ramos, Renato Athias, Pedro Salvado y Sara Álvarez Méndez. También hubo tiempo para lanzar los siguientes libros “Cultura: Em 250 Conceitos e Definições” y “Açorianos em São Domingos”, de Luiz Nilton Corrêa; así como “Iberotropicalismo – A Hispanidade, os Orientes e os Ocidentes na obra de Gilberto Freyre”, cuyos coordenadores son Mário Hélio Gomes de Lima, Ángel B. Espina Barrio y Pablo González Velasco. Asimismo, las contribuciones del anterior congreso de 2020 ya están (en libro) a la venta bajo el nombre “Identidades, historia y cultura iberoamericanas”. En este libro está un largo artículo sobre método y barroquismo en la obra del antropólogo iberista Gilberto Freyre, que es de mi autoría. La conferencia de clausura ha estado a cargo de Ángel B. Espina Barrio sobre “Interculturalidad y emigración: la difícil integración”. Quien quiera ver las ponencias, están grabadas en vídeo en el Facebook del Municipio de Fundão.

Encuentro con Enric Juliana en Madrid

Poco después de la vuelta a Madrid, tras la finalización de este congreso, la asociación “Sociedad Iberista” me invitó junto con Pablo Castro a una comida iberista en Las Rozas con Enric Juliana, director adjunto de La Vanguardia. Pude dar a Enric un ejemplar de mi tesis y hemos vendido algunos libros de “Iberia, tierra de fraternidad”, editados por EL TRAPEZIO. Conversamos durante varias horas sobre iberismo, la isla energética ibérica y otros asuntos de la geopolítica peninsular. Enric Juliana ha declarado que “el iberismo ha sido considerado muchas veces una utopía ingenua. La verdad es que el espacio ibérico va tomando dimensión. Lo vimos el viernes en Bruselas. España y Portugal colaborarán más. Buena noticia”. En ese sentido, el periodista catalán considera actualmente al iberismo como “un reformismo” de cosas “tangibles” como los precios de la energía. Frente a los excesos imaginativos, hoy el iberismo se presenta como algo que afecta al comer.

Dada la situación de “glaciación” de los países europeos vecinos de Rusia, Enric Juliana ve que la Península puede adquirir más protagonismo en la UE. Para Juliana, la reacción alemana de romper su “paz con Rusia”, por vía de paralizar el gasoducto Nord Stream 2, tiene que ver con no perder su influencia en esos países vecinos de Rusia, dado que podría ocurrir que Inglaterra diese dado un “bocado” a la Unión Europea, promoviendo un acuerdo de asociación con estos países. El periodista de La Vanguardia ve a Portugal en una nueva etapa, superado el momento euroescéptico de la crisis de 2008 y de la búsqueda desesperada de inversores extranjeros. Ahora Portugal apuesta por una cooperación con España, como demuestra su nuevo Tratado de Amistad y la coordinación en la UE. A lo que cabe añadir la cooperación con Iberoamérica, que el país luso ya defiende como política de interés nacional y no como un espacio de vigilancia y sospecha por la influencia española, como ocurrió décadas atrás. Larga vida a la excepcionalidad (moderada) ibérica, iberoamericana e iberófona.

 

Pablo González Velasco

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