El juicio de Rui Pinto, el «John» del Football Leaks, y responsable de la divulgación de los documentos que han posibilitado los procesos contra Isabel dos Santos, ya ha comenzado. Un juicio que promete ser uno de los más vigilados de la historia judicial de Portugal.
El hacker, que prefiere el término denunciante («whistleblower»), está siendo acusado de 90 delitos: de acceso ilegítimo; de acceso indebido; de violación de correspondencia; de sabotaje informático, y de intento de extorsión (en relación a un fondo deportivo portugués). Un caso sin precedentes en la justicia nacional, y que ha hecho correr mucha tinta desde que Rui Pinto fue capturado en suelo húngaro.
Entre los perjudicados destacan el Sporting; Doyen; el bufete de abogados PLMJ; la Federación Portuguesa de Fútbol (FPF), y la Procuraduría General de la República (PGR).
Toda la información presentada por el joven de 31 años, fue adquirida de forma ilícita de sistemas y buzones de terceros. En el rol de testigos de la defensa, están nombres como los de Ana Gomes; Jorge Jesús; el director de PJ, Luís Neves; Bruno de Carvalho (antiguo presidente del club de Alvalade), y el del estadounidense Edward Snowden, analista americano actualmente radicado en Rusia.
El Tribunal Penal Central de Lisboa, en el Campus de Justicia, va a celebrar este juicio, que algunos consideran el más grande del siglo, y que cuenta con medidas de protección extremas; con policías y francotiradores con autorización para disparar, y una sala a parte para que medios de comunicación, portugueses y extranjeros puedan seguir el proceso respetando las reglas de distanciamiento social. Por lo demás, sólo diez periodistas podrán estar presentes en la sala.
¿El fin justifica los medios?
¿Criminal o héroe?; ¿vale más el derecho a la privacidad de las personas y las empresas, o el interés público? Estas son dos preguntas que, claramente, no encuentran una respuesta clara cuando hablamos de Rui Pinto; de Snowden, o del australiano Julian Assange.
El aura de Rui Pinto, hincha del Oporto desde niño, ha ido cambiando a lo largo de los meses en el país; y, si al principio era visto como el enemigo número uno, desde que ha comenzado el caso Luanda Leaks y su colaboración con las autoridades (que puede dar lugar a nuevos escándalos), se han levantado voces a favor del hacker, que ha denunciado la corrupción, tanto en el fútbol como en el país.
En una entrevista con la revista alemana Dier Spigel, Pinto ha dicho que el Benfica es un «pulpo» con muchas influencias, y que dicho club piensa que domina el país. También ha afirmado que Portugal es un paraíso para que las élites angoleñas puedan lavar dinero ilegal. La lucha contra la corrupción ha sido, y será, la gran bandera de defensa del hacker en este caso mediático.